martes, 22 de mayo de 2012

Siempre querré conservarlo


El día siguiente al que finalizaron tus vacaciones, el momento posterior al de la despedida de alguien a quien en el fondo sabrás que pasaran varios inviernos hasta volverle a ver, el último cigarro cuando decides que ha llegado la hora de abandonar el placentero vicio... esa es la sensación que dejó Zahara cuando finalizó su concierto el pasado sábado en el Veintiuno (Huesca).


Y es que sólo aquellos momentos que no quieres soltar de tu mano son los que realmente dejan tal huella que desearías regresar en el tiempo para volver a vivirlos una y otra vez... una pena que con el sinfín de inventos creados por el hombre todavía no hayan conseguido uno que consiga realizar mi deseo.  

Así que hasta que ese día llegue, me dedicaré a contaros como viví ese concierto y aun a pesar de lo difícil que resulta explicar con palabras un sentimiento, espero transmitiros la misma sensación que pude saborear allí con la única pretensión que de conseguirlo sintáis la necesidad de verla en cuanto tengáis ocasión.




Comenzaron los primeros acordes entrecortados con el lateral de su mano y todos distinguimos que La mujer mayúscula y el mar  era el tema escogido para comenzar el acústico con el que nos presentaba su nuevo disco “La pareja tóxica” acompañada de Sergio Sastre (Guitarra) y Mikel Sospedra (Bajo).

Un nuevo trabajo que poco tiene que ver con el que nos habíamos acostumbrado sin querer. Una nueva historia, la de su vida pero que fácilmente podría ser la tuya. Cuando el sentimiento de máxima felicidad e ilusión se convierte sin querer en el mayor vacío que algo puede dejar. Cuando la pena absoluta comienza a disfrazarse en una rabia incandescente que ni el perdón puede apagar... y ni el refugio en lo más oculto puede aislarte de tu realidad.


Todos estos sentimientos hechos canciones son los que tuvimos la oportunidad de escuchar pero siempre presentándolas con su simpatía natural. Mantuvimos el silencio y aguantamos la respiración con Camino, Del invierno, el Universo, General Sherman y como Sam Bell volvió de la Luna... donde comprobamos como alguien con su voz y con su magia interior puede trasladarte al punto justo en el que esa persona se encontraba cuando sus sentimientos fluyeron hasta crear la canción.


La segunda parte del acústico estuvo rodeada de canciones más animadas aunque en algunos casos envolvieran el mismo dolor aunque presentada con una tonalidad mayor como  sucede con Mariposas. Fue una de las canciones en las que pidió que el público le acompañara en los coros aunque lo cierto es que éste se encontraba un tanto tímido pero todo se solucionó desde la parte que Zahara no podía alcanzar. Desde la sombra de ella, Sergio Sastre animaba al público con movimientos peculiares capaces de extraer la sonrisa de todos e incluso de ella al darse cuenta de lo que sucedía detrás.

Y no podía faltar la canción hecha película Leñador y la mujer América en la que aunque sea una de las canciones que menos duración tiene, sin duda es en la que Zahara concentra toda su fuerza en la voz. No sólo su fuerza sino que versionando You're The One That I Want mostró toda su sensualidad y dejo patente como una versión puede superar al recuerdo de la original si se tiene la personalidad suficiente como para hacerlo.



Camino a L.A  fue una de las canciones que anunciaba que el final de la noche estaba por llegar. Pero todavía tuvimos la oportunidad de traer a nuestra memoria canciones como Olor a mandarinas o Merezco, temas de su anterior trabajo que marcaron la despedida de una noche difícil de olvidar.

Mis recuerdos plasmados en palabras no se basan en las canciones perfectamente ordenadas de un disco, ni en textos creados con la máxima objetividad que una crónica puede ofrecer, ni siquiera me referiré al repertorio escogido que todo el mundo quería alterar… mis palabras solo  se refieren a los que mis ojos vieron, al matiz que en otras ocasiones mi oído fue capaz de apreciar, a la ternura de su voz en palabras en las que otras veces pasé por alto, a la rabia que sin querer nos arrancó haciéndonos partícipes del dolor de la canción... a la alegría que nos dejó cuando se fue aunque en estos momentos cada gota de alegría sea  la nostalgia del recuerdo.

Así que me quedaré con la nostalgia esperando a que el tiempo y el lugar nos vuelva a dar la oportunidad de su directo y cuando eso suceda cada nuevo detalle nos recordará porque sólo hay una como ella.



Xoxo

Almu